Adoración Eucarística

La Adoración Eucarística es cuando pasas tiempo con Jesús en el Santísimo Sacramento. Al comienzo de la Adoración Eucarística, el sacerdote colocará una hostia consagrada en una custodia y rezará la Exposición de la Santísima Eucaristía. ¡Luego tendrás un tiempo con Jesús! Durante este tiempo, puedes orar como desees, presentándole a Jesús tus necesidades, deseos, miedos, remordimientos y más. La Adoración Expuesta finaliza oficialmente con la Bendición. El sacerdote se acerca al altar, hace una genuflexión y se arrodilla. Se pone de pie frente a la Eucaristía mientras reza la oración final. Luego, el sacerdote devolverá la Eucaristía al Sagrario, dando por finalizado el tiempo de Adoración.

Días y horarios de la Exposición Eucarística de la Catedral en la Capilla de la planta baja:

• Lunes: 9 AM - 8 PM
• Martes: 9 AM - mediodía
• Miércoles: 9 AM - 6 PM
• Jueves: 9 AM - mediodía
• Viernes: 9 AM - 8 PM

“¿No habéis podido velar una hora conmigo?” ~ Marcos 14:37

¿Símbolo o sustancia?

¿Hablaba Cristo metafórica o literalmente cuando proclamó: «Este es mi cuerpo, esta es mi sangre»? La respuesta a esta pregunta representa una importante división entre los cristianos. El catolicismo, desde sus inicios, ha sostenido que el pan y el vino transformados, que son el Cuerpo y la Sangre de Cristo, no son meros símbolos. Un símbolo es algo que, más allá de sí mismo, señala a algo más.

Si bien es cierto que Cristo solía hablar en términos simbólicos, como en las parábolas que predicaba, este no fue uno de esos casos. Mientras enseñaba en la sinagoga de Capernaúm, Cristo declaró: «Este pan es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo». Al oír esto, los judíos comenzaron a discutir acaloradamente entre ellos: «¿Cómo puede este hombre darnos a comer su carne?» [Juan 6:51-52]. Se nos dice que «desde entonces muchos de sus discípulos se apartaron y ya no lo seguían». Jesús notó su partida y podría haber aclarado que hablaba simbólicamente. Sin embargo, no ofreció tal aclaración. En cambio, preguntó a sus doce discípulos si ellos también se irían. San Pedro respondió por el grupo, diciendo: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna» [Juan 6:67-68].

Los discípulos creyeron y decidieron quedarse, y esa misma oferta de gracia se extiende a nosotros hoy. Cristo dijo: «Este es mi cuerpo, esta es mi sangre», y lo decía en serio. Ven, participa de la presencia real de Cristo.

Razones para acudir a la Adoración Eucarística

Al participar en la adoración eucarística, te conectas más profundamente con el misterio de la Eucaristía. Es fácil pasar por alto esta realidad, pero cuando te tomas el tiempo de ir a una iglesia local, estás haciendo un sacrificio significativo, como el que haces los domingos. Este sacrificio de tiempo es una expresión importante de tu fe.

Aumentando la santidad a través de la luz del Hijo

La adoración eucarística sirve como preludio a la confesión. Santa Clara de Asís proclamó: «Míralo, considéralo, contémplalo, como deseas imitarlo». Permanecer en la «luz del Hijo» te llevará a pensar como el Hijo.

Estar en la presencia de Dios te ayuda a examinar tu conciencia. Cuanto más tiempo permanezcas en esta luz, más reflexionarás sobre tus faltas, tus pecados. Recuerda que estar en la luz de Cristo hará que tus pecados sean más reconocibles.

Proporcionando un reinicio para tu vida espiritual

Todos necesitamos un reinicio a veces. Nuestras vidas pueden volverse agitadas, lo que nos lleva a la fatiga, lo que a su vez nos hace más susceptibles a la tentación y al pecado. Consideremos el pecado como un virus que corroe nuestras almas. Sin la defensa adecuada, nos volvemos vulnerables a este virus del pecado.

Te prepara para la Misa dominical. La adoración te prepara para celebrar la Misa. Dedica tiempo a leer las lecturas de la próxima Misa dominical. Invierte tiempo en aprender sobre el tema y leer la Misa. ~TheSimpleCatholic.blog

Oremos ante el Santísimo Sacramento y, con esta sencilla acción, alinéense con Jesús y con los demás.